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¿Sufre tu hijo el "Síndrome del niño rico"?

A veces nuestros hijos nos hacen pasar por situaciones incómodas. Por ejemplo, cuando se encapricha de alguna cosa y si no lo consigue comienza con una rabieta sin fin. Si además nosotros somos incapaces de decirles que no, podemos estar ante un caso de “síndrome del niño rico”.

Por affluenza o síndrome del niño rico se entiende la forma de criar de algunos padres que conceden todos los deseos de sus hijos sin que les cueste ningún esfuerzo. “Crecer en la cultura de la opulencia puede conllevar diversos riesgos psicosociales como el consumo de sustancias, la ansiedad y la depresión”, explican en el estudio Children of the Affluent. Challenges to Well-Being de Suniya S. Luthar and Shawn J. Latendresse.


El origen del síndrome

El “síndrome del niño rico” a veces pasa desapercibido para los padres. Piensan que su hijo es caprichoso o que está muy mimado pero no se dan cuenta de la importancia del problema. Cuando los padres ya se dan cuenta, deben afrontar el problema lo antes posible. Estos casos suelen coincidir con padres que han sobreprotegido en exceso a sus hijos y que han intentado su ausencia con regalos o dinero. Padres que trabajan muchas horas y no tienen tiempo suficiente para cuidar de sus hijos.

También se puede tratar de padres que quieren proyectar en sus hijos lo que consideran indispensable para sus vidas. Por ejemplo, un móvil, una consola, una paga semanal desmesurada o en general un nivel de vida excesivo. Incluso pueden ser padres sin un gran poder adquisitivo que en su deseo de querer que a sus hijos no les falte de nada tengan que sacrificarse constantemente en el trabajo y en su tiempo de ocio. Este síndrome afecta a familias de todo el espectro económico.


Rasgos del síndrome del niño rico


1. El centro de atención

Estos niños siempre quieren ser el centro de atención y en cualquier momento. Suelen tener problemas para compartir con los demás y colaborar en las tareas como todala familia. Tienen dificultades para tolerar la frustración en todas las etapas de su vida. compartir  y establecer buenas relaciones sociales con otros niños. También les resulta imposible realizar el esfuerzo que requiere el propio proceso de aprendizaje, tanto a nivel escolar como en general.

2. Niños insatisfechos

Aunque estos niños consigan todo lo que quieren, siempre estarán insatisfechos, enfadados o aburridos. Incluso empezarán a sentir falta de motivación para hacer cosas importantes para su vida como el deporte o los estudios.

3. Falta de disciplina

Los niños con este síndrome no valoran el esfuerzo y no tienen disciplina para enfrentarse a ningún reto. Sus deseos son cumplidos sin ningún tipo de esfuerzo y por ellos ni se molestan en emprender nuevos proyectos.


Consecuencias en el futuro

Los niños con este síndrome suelen tener problemas en su vida adulta como dificultades para sobrellevar cualquier fracaso o frustración. Se suelen convertir en adultos inseguros y con baja autoestima. Les suele costar afrontar incluso los problemas de la vida diaria en la familia y en el trabajo.

Una vez que comienzan su vida adulta y no tienen a sus padres detrás para solucionar todo y sobreviven con gran dificultad. No tienen a nadie que les solucione las cosas ni nadie les considera únicos. Les cuesta interactuar y encajar en una sociedad que no les entiende. Pueden llegar a desarrollar comportamientos agresivos y antisociales.



Cómo cambiar la situación

Lo primero es aceptar que nuestros hijos tienen este problema y acudir a un especialista para su diagnóstico si no somos capaces de afrontarlo. Además, debemos reconocer que nosotros también somos parte del problema y cambiar nuestra actitud. No se trata de convertirnos de la noche a la mañana en padres autoritarios sino en cambiar nuestros regalos materiales por tiempo y afecto. Nuestros hijos no necesitan tantas cosas materiales sino nuestro tiempo para hablar, compartir o jugar.

Además tenemos que poner cuanto antes normas y horarios a nuestros hijos correspondientes a su edad y madurez. No es bueno que se acuesten a la hora que quieran o que no tengan ninguna tarea que realizar en casa. Los límites y las normas serán siempre buenos para nuestros hijos.

Los regalos se tienen que limitar a sus cumpleaños y otros momentos claves. Nuestros hijos deben siempre esforzarse para conseguir objetos materiales como una bicicleta o un móvil. Nunca debemos comprárselo sin que realicen ningún esfuerzo para obtenerlo.

Y por último y no por ellos menos importante, los padres deben olvidar los proyectos que tienen para sus hijos y dejarles encontrar su propio camino, aunque se estrellen en más de una ocasión. No podemos protegerles ante todos los problemas que se van a encontrar en su vida. Si no podemos controlar la situación siempre tenemos que acudir a un especialista que nos ayude a enfrentarnos a este problema. Nuestro hijo en un futuro nos lo agradecerá.


https://saposyprincesas.elmundo.es/bienestar/psicologia-infantil/tiene-tu-hijo-el-sindrome-del-nino-rico/?fbclid=IwAR2DTMOYyXFn8R3pmZgA1WhfvmTRq76JRBMMC8eOhKxHz9FBMKYx5rPFIHQ

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