Aprender a tolerar la frustración es fundamental para nuestros hijos. Ante cualquier problema pueden sufrir esta amarga sensación de impotencia, rabia y tristeza por no conseguir aquello que desean. Sentimiento que se puede repetir cuando no se cumple un proyecto, una ilusión o un deseo.
“Tolerar la frustración significa ser capaz de afrontar los problemas y limitaciones que nos encontramos a lo largo de la vida, a pesar de las molestias o incomodidades que puedan causarnos. Por lo tanto, se trata de una actitud y, como tal, puede trabajarse y desarrollarse”, explican desde el Hospital Sant Joan de Dèu.
Los niños entre los tres y los seis años son totalmente egocéntricos. No tienen todavía ninguna empatía con su entorno, ni siquiera con sus familiares o sus amiguitos. Su comportamiento egocéntrico es normal y habitual. Nuestros hijos a esas edades no saben esperar porque no tienen desarrollado el concepto del tiempo. Tampoco son capaces de pensar en los deseos y necesidades de los que les rodean. Pero a partir de esa edad los niños empiezan a ser conscientes de su entorno y a sentir empatía.
No complacerles siempre
A partir de esa edad hay que empezar a enseñar a los niños a tolerar la frustración. Si los padres les damos siempre todo aquello que piden, nuestros hijos no aprenderán a tolerar el malestar que provoca la frustración y a hacer frente a situaciones adversas. La consecuencia final será que, en su vida adulta, seguirán sintiéndose mal cada vez que no consigan aquello que se han propuesto.
Nuestros hijos deberán toda su vida a momentos de éxito, pero también de fracasos. Los padres tenemos que marcar desde pequeños una pauta constante para actuar en estos momentos que nuestros hijos no sepan tolerar la frustración.
Comportamientos cuando no se ha aprendido a gestionar la frustración
Si nuestro hijo no ha aprendido a gestionar su frustración desde pequeño, nos encontraremos con problemas como que reaccionen de forma agresiva o con rabietas. También pueden convertirse en niños que pidan las cosas de forma exigente o buscando una gratificación inmediata ante cualquier actividad. Nuestros hijos también pueden reaccionar abandonando los deberes, los estudios o las actividades al menor fracaso. Sentimiento como inseguridad, dificultad para adaptarse a los cambios o ansiedad se pueden convertir en una constante en su vida.
Cómo aprender a gestionar la frustración
El sentimiento de fracaso nos acompaña toda la vida. Lo podemos sufrir en los estudios, el trabajo, en nuestra relación de pareja, con nuestros familiares… Incluso aunque nos esforcemos mucho, nos encontraremos con este incómodo sentimiento.
Aprender a tolerar la frustración es fundamental para el desarrollo de la personalidad. Si no lo hacemos serán más débiles porque no tendrán recursos para afrontarlo. No debemos evitar estas situaciones ni compensarlas con regalos. Las frustraciones cotidianas son oportunidades para aprender a gestionar sus emociones. Los padres debemos acompañar a nuestros hijos y escucharles en estos momentos en los que la frustración aparece. También ayudarles a buscar soluciones alternativas que les hagan madurar y seguir adelante.
5 técnicas para enseñar a tolerar la frustración
Aprender del fracaso y los errores no es fácil, pero es necesario para afianzar nuestra personalidad y autoestima. Os vamos a hablar de 5 técnicas para aprender a tolerar la frustración desde pequeños.
1. Dar ejemplo a nuestros hijos
Si los padres mantenemos una situación positiva ante situaciones adversas, les daremos ejemplo sobre cómo hay que afrontar los problemas. Si nos enfadamos o gritamos no les estaremos enseñando cómo tolerar la frustración.
2. Deja que lo haga solo
Aunque nuestro hijo se equivoque o no lo haga de la forma correcta, tiene que aprender a hacer sus tareas solo. No solo aprenderá a ver el error como algo positivo, sino que está desarrollando sus competencias y afianzando su autoestima.
3. Siempre con esfuerzo
Nuestro hijo tiene que aprender desde pequeño que las cosas se consiguen con esfuerzo. No le podemos dar todo resuelto porque no valorará nada. Tampoco le podemos dar tareas que no sea capaz de resolver por edad, madurez o habilidad. Si siempre le damos todo resuelto no asumirá retos, ni se equivocará no podrá aprender de sus errores. Además, aprenderá el valor del esfuerzo y a ser perseverante para solucionar situaciones adversas.
4. No ceder ante sus rabietas y enfados
El arma de nuestros hijos son las rabietas y enfados. Cada vez que cedemos ante estos comportamientos, ellos entienden que es la forma de conseguir todos sus deseos. Tienen que afrontar las situaciones problemáticas y aprender de sus fracasos.
5. Afrontar la frustración de forma constructiva
Para que los niños comprendan sus actitudes antes el fracaso o el error, den aprender a identificarlas y verbalizarlas. Hablar con ellos de lo que les ha ocurrido les ayuda a calmarse. Tenemos que escuchar cómo se siente y cuáles son sus emociones. Luego ya podemos ayudarles a entender su reacción y a buscar soluciones prácticas.
https://saposyprincesas.elmundo.es/bienestar/psicologia-infantil/como-ayudar-hijo-gestionar-frustracion/?fbclid=IwAR2NMydjjgFxyfB3SHLJH-W0fj65EWbfX2bwd8t20F2Mq0q-IHxUmU_Ua2k
Comments